EL Volcán más grande del mundo está en Sonora: El Pinacate; forma parte del cinturón de fuego del ...Pacifico
Y es el único volcán que se mira desde la luna; Lo conforman 500 volcanes que formaron una muralla con sus montañas volcánicas, una barrera natural deteniendo el avance de las dunas del desierto de Altar, para que hubiera vida en Sonora.
Por:Germán Ozuna.
Puerto Peñasco.- El volcán más grande del mundo está en Sonora, mide más de 83 kms. visibles en su superficie, que pudiera alcanzar hasta 100 kilómetros, pero lo demás está cubierto por la arena; Tiene la particularidad que es el único volcán que se aprecia desde la luna y muy visible desde el espacio.
Es conformado por un conjunto de más de 500 volcanes, tiene todas las variedades volcánicas, que hay en el mundo, desde fumarolas, hasta los Pahoe Ho (ríos de lava, que nada más decían que existía en Hawai), bombas volcánicas y no se puede predecir cuando revivirá de nuevo.
El Pinacate está situado entre Puerto Peñasco y Sonoyta, algunas de sus rocas volcánicas cruzaron la línea con Estados Unidos, en Puerto Peñasco por diferentes lugares de sus playas se pueden apreciar las piedras volcánicas. Curiosamente, gracias a “El Pinacate” tenemos vida en Sonora, pues detuvo el avance del desierto”.
Fue en este lugar donde los norteamericanos experimentaron por primera vez su carrito lunar porque tenía su suelo con su morusa, la mismas características que el suelo lunar (Hay una leyenda urbana que dice que los estadounidenses nunca fueron a la luna y que fue aquí donde se montó un estudio tipo Hollywood) Mi primer contacto con “El Pinacate” fue hace más de 30 años.
Trabajaba como guardabosques en la Forestal y la comisión que se me dio fue investigar y documentar en fotografías, el suelo, la flora y fauna del lugar, lo primero que aprendí fue que era el único volcán que se aprecia desde la luna; Aunque fue una misión de investigación de varios meses, fue una oportunidad única, ya que aparte de mi trabajo en aquella desaparecida Dirección de Forestal, fauna y pesca que tuvo un tiempo en el cargo a Cuahutémoc Cárdenas Solórzano, realicé a la par una investigación desde adentro del conjunto de volcanes, con la cual me ganaría varios espacios en los periódicos con artículos y reportajes que se escribían por primera vez del Pinacate y que se publicaron como primicia en Periódicos Sonorenses y en varios medios de comunicación como televisora del Yaqui y posteriormente en Telemax, ya que tenía toda la intención de que todo mundo conociera este impresionante lugar llamado Pinacate y esa lucha por varios años en todos los medios de comunicación posibles para que conocieran de sus misterios, su importancia y su belleza.
Curiosamente nuestros vecinos del norte tenían más información del escarabajo del desierto, que viene del Náhuatl “Pinacatl”, un nombre ideal porque el color negro sobresale entre las dunas de arena, que nosotros como mexicanos, incluso tenían una colección extensa de fotografías tomadas desde el espacio por la NASA, mismas que un científico Estadounidense me regaló al darse cuenta de mi interés por ese volcán, imágenes que utilicé en los diferentes reportajes publicados en aquella época, era tanto el interés de los vecinos de Arizona que desde los principios de 1980 ellos tenían un agrupación llamada “Club amigos del Pinacate” cuando en Sonora ni siquiera conocíamos de su existencia y ese club aparte de conservar limpio el lugar, de poner letreros, también se dedicaban a cuidar el lugar y protestar porque no se siguiera extrayendo la morusa, material volcánico que se usaba en la industria de la construcción.
Para entonces los norteamericanos ya habían experimentado con el carrito lunar en este lugar ya que él terreno tiene las mismas características que el suelo de la luna, por eso muchos estadounidenses pensaron que el famoso viaje de los astronautas a la luna había sido una gran farsa y que habían montado en el Pinacate una escenografía tipo Hollywood de la luna.
Mis primeras investigaciones fueron en relación de que “El Pinacate” conformado por más de 500 volcanes habían edificado una barrera natural de casi 83 kilómetros cuadrados que habían detenido el avance de las dunas de arena del desierto de Altar, hacia territorio Sonorense y que gracias a ello habían hecho un lugar propicio para vivir de lo contrario hubiera sido inhóspito.
Fueron varias incursiones al interior del Pinacate, acompañado a veces por biólogos e ingenieros agrónomos, cada vez me fascinaba más lo que encontrábamos, aunque a veces nos quedábamos embancados con los autos debido a la morusa y la falsa dureza que produce el terreno oscuro, los neumáticos se nos hundieron varias veces en esos terrenos volcánicos.