Yaquis, seres mitológicos

Los Yaquis

Territorio y yaquis se funden en uno solo porque Dios les heredó esa tierra y tienen que defenderla, pues su compleja concepción del universo se compone del “mundo viejo” (toosa) y de “nuestro mundo” (itom ania), su pedazo de tierra y cielo, de acuerdo con la doctora en Historia de El Colegio de Sonora (Colson), Ana Luz Ramírez Zavala. Según estudios etnohistóricos, núcleos Cahítas, procedentes del río Gila (es un caudal del Suroeste de EU que fluye al Oeste a través de Nuevo México y Arizona), de donde se cree provienen los yaquis y mayos, aparecieron en Sonora hace 717 años (1300 d.C.) y vivían en aldeas a orillas del afluente que lleva su nombre, contó el sociólogo Tonatiuh Castro Silva. Se estima que actualmente el número poblacional es de entre 16 mil 508 a 23 mil yaquis, de acuerdo con datos del Inegi en 2010, aunque investigadores calculan que mínimo son 40 mil indígenas. La doctora en Historia, Raquel Padilla Ramos, expresó que su espíritu indomable les ha permitido tener esa capacidad de resistencia y resiliencia a lo largo del tiempo.

"A pesar de todo el sufrimiento de la guerra, muerte, exterminio, persecuciones y deportaciones, aquí están para contar su historia, y seguir siendo yaquis", agregó la escritora.

Características generales

El conjunto del territorio yaqui comprende tres zonas claramente diferenciadas: una zona serrana (Sierra del Bacatete), una zona pesquera (Guásimas y Bahía de Lobos) y tierras de cultivo (el valle del Yaqui). En la actualidad, la población alcanza aproximadamente los 32 000 habitantes, habiendo sido duramente reducidos por las guerras que libraron por su supervivencia durante más de 50 años. A finales del siglo XIX, bajo el gobierno de Porfirio Díaz, fueron combatidos y muchos deportados a plantaciones de Yucatán y Quintana Roo. Muchos de ellos regresaron a pie a sus tierras ancestrales, en tanto que otros emigraron a Arizona (Estados Unidos) para escapar de la represión del gobierno mexicano. La población yaqui de Arizona es de 8000 habitantes y la tribu es reconocida por el gobierno estadounidense.2​

En la actualidad, además de los habitantes de la zona tradicional yaqui, existen otros grupos asentados en las diferentes ciudades del estado de Sonora. Al no regresar a sus pueblos, forman sus propias colonias dentro de las ciudades importantes. En la ciudad de Hermosillo, capital de Sonora, son conocidos como barrios yaqui las colonias de La Matanza, El Coloso y Sarmiento, lugares donde sus habitantes hacen esfuerzos por conservar las tradiciones y raíces culturales de la nación yaqui. La vivienda generalmente se compone de tres secciones rectangulares: el dormitorio y la cocina, cuya estructura es de horcones de mezquite plantados en el suelo, con paredes de carrizos entretejidos, y techo de carrizos y esteras cubierto por una capa gruesa de tierra; además de una habitación construida con ramas, llamada portal, donde pasan gran parte del día, sobre todo durante la temporada de calor. El patio se aprovecha para la cría de animales; en el extremo más alejado se instala la letrina, que se construye con el mismo material de las casas. Existe una buena infraestructura para la comunicación terrestre, férrea y aérea. La zona es atravesada por el ferrocarril del Pacífico con varias estaciones cercanas a sus poblados, así como por la carretera internacional Guaymas-Ciudad Obregón, donde confluyen caminos pavimentados o de terracería provenientes de los distintos poblados yaquis. La radio, la televisión y el teléfono, son medios de comunicación a los que muchos habitantes tienen acceso. Todos los pueblos yaquis cuentan con energía eléctrica, y el agua es obtenida mediante canales provenientes de la presa Oviachic, o bien, por medio del bombeo de pozos profundos

Información Oficial

Es sin duda la etnia más representativa de Sonora; se estima existe una población de 33, 000 Yaquis que se distribuyen en ocho pueblos con sus propios gobernadores. Para los integrantes de la etnia es de suma importancia preservar su lengua, sus tradiciones y su arraigo a la tierra. La historia de los yaquis está cubierta con actos de heroica resistencia por la defensa de su territorio y su cultura.

Los yaquis se identifican a sí mismos y a los mayos como yoremes, palabra que significa hombre o persona. La noción de yoris, hombres blancos, los distingue, a su vez, de los demás grupos indígenas. Forman parte del dialecto cahita que se compone de tres lenguas: mayo, yaqui y tehueco, éste último desaparecido. El cahita pertenece al grupo lingüístico yuto-azteca. El grupo yaqui ocupaba, tradicionalmente, una larga franja costera y de valle al sureste del actual estado de Sonora, que abarcaba desde la ribera sur del río Yaqui hasta el cerro Tetakawi, al norte de la actual ciudad de Guaymas. El conjunto del territorio comprende tres zonas diferenciadas: el área serrana del Bacatete; una zona costera, que abarca los poblados vecinos de Guásimas y Bahía de Lobos; y el valle, en donde se localizan las tierras irrigadas. La principal actividad artesanal es la manufactura de la parafernalia ceremonial, sin fines comerciales. Los danzantes hacen máscaras talladas en madera, collares de conchas y piedras marinas y cinturones con pezuñas de venado. Los músicos fabrican sus tambores y flautas. Algunas familias manufacturan petates, canastas y coronas de carrizo; platos y tazas de barro que utilizan para las fiestas y después destruyen. También confeccionan faldillas, blusas, manteles, servilletas y mantos. El único producto artesanal que se comercializa son las muñecas de trapo, que hacen las mujeres. Los yaquis poseen un alto sentido de religiosidad que está presente en gran parte de sus actividades. Con una cultura ancestral enriquecida con ritos y tradiciones en las que sobresale la Danza del Venado, ejecución simbólica de la caza de este animal y cuya riqueza estética ha despertado interés en todo el mundo.

Llamada en lengua yaqui maaso yiihua, describe la vida y muerte del animal sagrado de los yaqui. El danzante narra momentos del ciclo vital del venado con una mímica libre que representa las actitudes de sorpresa, alerta, atisbo, venteo del venado ante la naturaleza que lo rodea y su contacto con las criaturas con las que establece contacto, representadas por las figuras de los pascola (que pueden representar un pájaro, una serpiente, una flor, un coyote, el agua). Tanto los pascola como el maaso se despojan de su personalidad durante el baile para adoptar la del animal, la planta o del ser que introducen en la danza. Por lo general son 4 pascola y bailan de uno en uno, danzando primero el último en jerarquía, el llamado “el lobito” que representa animales menos estimados en la valoración del yaqui: burro, perro, zorro, etc., después bailan los otros dos pascola y por último el pascola yoowe (anciano) o jefe del grupo. El ciclo ritual yaqui sigue por lo general el calendario litúrgico católico, pero distingue claramente dos periodos, el primero sacrificial, en Cuaresma y el resto del año todos los ritos de paso que están prohibidos en esa fecha. Los rituales tienen carácter de marcadores estacionales, que señalan las distintas etapas del ciclo agrícola. Los funerales son especiales porque ellos consideran al alma inmortal y celebran con danzas, banquetes y música. Su patrona es la Virgen del Camino.

Distribución tribal La presencia yaqui está documentada en las siguientes localidades: